Ahora vamos a ver cómo diseñamos espacios físicos y virtuales que hagan honor a todo lo que acabamos de mencionar.

La metodología del diseño consciente y el diseño de un espacio inclusivo no se limitan a la arquitectura, sino que son mucho más que eso. Tiene en cuenta las necesidades de los usuarios y sigue un proceso guiado que defiende lo mejor del pensamiento de la diversidad.

Trabaja la Parte 1, pide a los participantes que piensen en un proyecto, ¿te guías tú mismo por esta parte o lo haces en grupo con otros?

Nos centramos sobre todo en cómo diseñar un espacio de trabajo inclusivo, por lo que a continuación describimos cómo seguiríamos este proceso con un grupo de personas en un lugar de trabajo determinado, siguiendo la guía, pero siéntete libre de adaptarla a tus necesidades, ya sea individualmente, en parejas o en grupos más pequeños.

Si trabajas individualmente en este proceso, ten en cuenta que llevarás contigo tus prejuicios inconscientes. La idea es incluir a todos los miembros de tu espacio, así que lo mejor es incluir a todos los grupos necesarios en el proceso de toma de decisiones haciendo que los miembros clave de tu lugar de trabajo trabajen activamente en esta guía.

Cómo lo elijas u organices es tu decisión.

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